En la vida, estamos en una permanente busqueda de algo mejor, nos enfocamos en el quiero, en el debo y lidiamos eternamete con las fuerzas internas de no estar conformes, porque nunca es suficiente. Si tengo mi casa, despues hay que querer otra cosa, los hijos perfectos, la familia ideal, etc. y dia a dia, nos preguntamos por que no tengo eso, si tuviera más dinero, ¿cuan feliz sería, cuantas cosas podría hacer? y enfocamos todas nuestras fuerzas para alcanzar la ” felicidad” que hoy no tengo, posicionandonos en la carencia y en lo que me falta.
Y ocurren las crisis, esos episodios donde se abren nuestras heridas de infancia, nos enfrentamos a eso que evitamos sentir y que hacemos de todo para callarlo, escapando de lo único seguro “el ahora”. Estas crisis son las oportunidades para mirarse, tomar conciencia, darse cuenta de eso que me duele y que me ha dolido siempre, de acompañarme y vivir.
El ser y su búsqueda es un proceso constante e infinito y la hermosura de la vida es darse cuenta de todo eso que no veo en mí, lo que soy en completitud, entregarme a mi lado oscuro, con mis sombras, mis temores, mis debilidades.
Cuando tomamos contacto con eso, nos miramos con compasión, ocurre la luz de reconocer lo imperfecto y el auto apoyo comienza a nutrirse. Ese es un proceso que puede ser guiado y acompañado por otro ser tan imperfecto como tú (alias el terapeuta), que observa tus puntos ciegos, esta aqui en el presente contigo, acompañandote en la emergencia del ser de ese momento, de modo de estar en la vida misma, con todas sus imperfecciones pero completamente presentes.
Maritza Dominguez.
Terapeuta y Coach.
Excelente! Plenamente de acuerdo con lo expuesto.