Si bien la familia ha mutado, existen ciertas premisas que se mantienen en el tiempo cuando hablamos de sostener relaciones claras y saludables en el hogar, las normas y los límites, por ejemplo.

 

Son los adultos quienes deben mostrar a sus hijos hasta dónde pueden llegar con sus acciones, cuándo respetan las normas y cuándo las incumplen. De esta forma, será por medio de la comprensión de los roles y de las reglas que los miembros de la familia podrán vincularse de manera más saludable y amorosa.

 

Mantener los roles y las normas claros en nuestras familias es fundamental para conservar las relaciones sanas. El “quién es quién” y “qué hace quién” es una de las reglas básicas dentro de un grupo de personas.

 

Es importante destacar, que la idea de “quién es quién” implica el reconocimiento y la aceptación de todos y cada uno de los miembros de la familia como un “legítimo otro”, es decir, como alguien que tiene un valor en sí mismo y que debe ser amado y respetado, sin importar la edad que tenga ni el proceso de aprendizaje en el que se encuentre.

 

Ahora… ¿Qué son las normas?

 

Las normas o reglas son pautas de comportamiento respecto de lo permitido y lo prohibido. Son las que incluyen además el uso de correctivos cuando éstas sean transgredidas. Es importante considerar algunas directrices a la hora de poner normas en la casa, acá algunas:

 

  • Establezcamos reglas claras y precisas en la familia
  • Ofrezcamos opciones ante una prohibición
  • Expliquemos el “porqué” de las cosas
  • Seamos firmes y constantes con las reglas
  • Acentuemos lo positivo
  • Cada norma se adecua a la edad de los miembros del grupo, por lo tanto, pueden haber normas distintas dentro del grupo familiar, eso también se explica.

 

¿Y si no se cumplen? Límites frente a las normas:

 

Si las normas no se cumplen, esto tiene una consecuencia: regaños o castigos. Acá algunos tips para poner límites a los hijos:

 

  • Los límites van de acuerdo a la edad
  • Deben ser constantes y congruentes
  • Deben ser claros, concretos, concisos y cumplidos
  • Se aplican con afecto y explicando qué norma se incumplió.
  • Existen 2 características básicas para poner límites: firmeza y cercanía
  • Es importante no humillar, ridiculizar, ni exponer a los hijos a “castigos” degradantes.
  • Jamás aplicar violencia física, verbal o psicológica.
  • Poner límites no significa impedirles que se expresen, es enseñarles a hacerlo en forma adecuada.

 

El amor en la crianza es fundamental. Cómo enseño, qué palabras uso y qué emoción demuestro a otro (infantes o adultos), cuando no se cumplen mis expectativas provoca la apertura o cierre de posibilidades en las relaciones familiares e incluso, en la construcción de la identidad de cada persona.

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